Como elegir el tipo de Acumulador, según la aplicación:

Acumulador - Aplicación: El binomio del éxito

Cuando hablamos de la incorporación de un acumulador a una instalación existente, o queremos desarrollar un nuevo diseño en el que vamos a incluir este elemento, siempre nos asalta una primera duda: ¿Vejiga,  Membrana, o Pistón?

Está claro que la infinidad de aplicaciones existentes nos da la tranquilidad de que, lo que ya funciona, mejor no cambiarlo; pero en ocasiones, por diferencias de volumen o temperatura, lo que para unas situaciones es correcto, y no presenta una problemática de unos, en otras que trabajen más en el extremo de los valores se puede convertir en un verdadero dolor de cabeza: “si el tuyo funciona, por qué el mío no?”

Sin entrar en cálculos con valores de presiones, temperatura ambiente o de los fluidos, u otros parámetros, vamos a marcar unas reglas simples para escoger el tipo de “recipiente” que mejor se adaptará a cada una de las aplicaciones.

Aplicaciones:

“Aplicación reserva de energía “: Cuando se trate de hacer un único movimiento rápido con poco volumen de aceite, optaremos por un acumulador de membrana, por la facilidad de recuperación que tenemos. En volúmenes más grandes, deberemos optar por un acumulador de vejiga o de pistón. También tendremos que contar con el salto térmico que se puede producir en la descarga, valorando el uso de elastómeros adecuados.

“Amortiguación de impulsos y ruido”: En ocasiones utilizamos bombas de pistones y otros elementos que generan “ruido” en nuestras conducciones. Este repique rítmico puede afectar a las uniones de nuestros elementos, provocando fugas y roturas en el sistema. Un acumulador de membrana según el volumen puede ayudar a mitigar esta repetición rítmica, reduciendo sus efectos en nuestro sistema.

“Dilatación térmica”: en este caso la selección del acumulador estará basada principalmente en el volumen diferencial que se va a producir, ya que no suelen ser variaciones bruscas o agresivas, siendo normalmente cambios  graduales. Este caso suele darse en sistemas cerrados, sin acceso a un depósito que haga de espacio de incremento o mengua de volumen. Un acumulador de Vejiga o membrana, dependiendo del volumen de aceite que tendrá que “incorporar” el acumulador, serán la solución más correcta

“Anti-ariete”: Igual que en el caso anterior, la cantidad de aceite que tenga que absorber el acumulador marcará el volumen del mismo. Incluso deberemos tener en cuenta el tamaño de la conexión del fluido, para facilitar el movimiento de absorción del aceite, ya que puede influir en los movimientos del mismo. Como en el caso anterior, la acción del aceite suele producirse por un cierre del circuito con respecto a la zona del depósito. Un acumulador de Vejiga o membrana, dependiendo del volumen de aceite que tendrá que “incorporar” el acumulador, serán la solución más correcta.

“Aplicaciones de Suspensión”: en este caso deberemos tener en cuenta la presión máxima del acumulador, y la diferencia de presión en las repeticiones. La temperatura puede subir en el interior de las conducciones y esto afectará a la durabilidad de los materiales de nuestro sistema, entre ellos los elastómeros internos de los acumuladores. Los acumuladores de membrana en aplicaciones móviles de poco volumen, o de pistón en todas ellas, son la solución más indicada.

 “Mantenimiento de Presión”: La cantidad de fluido que entregará el acumulador habitualmente es pequeña, y a no ser que queremos hacer muchas “repeticiones” antes de volver a llenar la bomba, un acumulador de pequeño volumen, cumplirá con las necesidades. En caso de que esta reserva de energía signifique mover gran cantidad de aceite en un lapsus de tiempo corto, es posible que necesitemos un material interior que soporte un amplio rango de temperatura. Cualquier tipo de acumulador servirá para esta aplicación, dependiendo del volumen.

 “Restitución de Energía”: en algunos casos la restitución de energía suele estar referenciada a movimientos que sirven de refuerzo a la bomba del sistema, para aumentar el caudal en un momento puntual, o para movimientos de retorno o final de servicio. En estos casos, el tipo de acumulador irá ligado a la velocidad y diferencial de presión necesario. El tipo de acumulador vendrá indicado por la necesidad del movimiento final (caudal y presión)